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“Aunque el producto departamento había ganado la batalla pasando de una participación de mercado del 20% a casi el 80% en tres décadas, debido a la pandemia y al aumento forzado del teletrabajo, así como su proyección futura, la búsqueda de nuevas formas de vivir están empezando a cuestionarse y a romper la tendencia”, asegura Esteban González, Socio y Director de Estudios de AGS Visión Inmobiliaria.
Actualmente, en torno a suburbios como Chamisero o Chicureo, así como en comunas como Maipú y San Bernardo, ya hay supermercados, colegios y centros comerciales, por lo que se puede armar una vida sin problemas. El único pero, para muchas familias, es el traslado al trabajo, para el cual se deben pagar peajes e implica transitar por carreteras diariamente.
Pero como muchas otras cosas, esto está cambiando. El coronavirus y la cuarentena promulgada para frenar el contagio, aunque para muchas personas hizo que el trabajo remoto se hiciera un problema, para otras hizo que se percataran de que pueden funcionar bien desde sus hogares y que en un contexto normal podrían rendir de la misma forma sin ir presencialmente a la oficina los cinco días hábiles.
Si sumamos que revisando Portal Inmobiliario se pueden encontrar casas con patio desde 7.000 UF, la alterativa se vuelve interesante. “Para muchas familias es una excelente alternativa de inversión y de vida, dado que compatibilizan mayor espacio físico, tierra y plusvalía”, dice Esteban González. Y agrega: “Las tasas bancarias continúan en valores históricamente bajos, por lo que quienes cuenten con liquidez y seguridad laboral podrían apalancar el aumento de la demanda en estas zonas periféricas de la ciudad aprovechando excelentes oportunidades de mercado y ganando calidad de vida”.
Valentina Silva (35) se cambió con su pololo a Chamisero, en medio de la pandemia. “Queríamos irnos a una casa porque buscábamos patio y pasto, tenemos perro y el día de mañana vamos a tener familia, y yo siempre me crié en casa”, dice la periodista especialista en marketing, pero explica que los precios en Santiago eran muy elevados para sus expectativas.
“En enero me cambié de trabajo y podía tener modalidad de home office, por lo que la distancia y la movilización no son problemas”, cuenta. “Tenemos auto, no tenemos más familia en Santiago y estar en una casa nos permite recibir a nuestras familias sin estar apretados. Además, nuestro perro viejo es ciego y siempre había vivido en departamento, por lo que queríamos que tuviera la experiencia de tener patio”.